domingo, 19 de junio de 2011

La "Afrodescendencia"

La llamada afrodescendencia es un concepto racista. En nuestra sociedad ¿quiénes son descendientes de los africanos?: ¿Los  de color oscuro?  ¿Los que porten en su sangre algunas menudencias fútiles que diferencian evolutivamente su genética del resto? o ¿Los que se hayan enriquecido con los aportes de su cultura?


Los tres criterios resultan racistas, xenofóbicos y discriminatorios. Racistas: Porque pretenden la vieja aspiración de seccionar la especie humana en grupos evolutivamente diferentes, llegando al extremo de existir quienes creen su genética tan diferenciada que prácticamente conforman otra especie de homínidos. Esto ha sido precisamente el germen de la esclavitud, de las monarquías, del holocausto, del imperialismo, de los exterminios masivos y del olvido de sociedades que literalmente mueren de hambre. Todo por la desigualdad esencial evolutiva entre los diversos grupos de seres humanos, que plantea. Son xenofóbicos: Porque tratan de converger valores sociales y culturales en torno a determinadas características físicas, rayando en un seudonacionalismo. Y resultan discriminatorios: Porque intentan la exclusión de los seres humanos que no posean los rasgos fisiológicos que revelen la herencia de los caracteres de la "raza" “negra”. Y si a ver vamos, al final todos los seres humanos tenemos un mismo origen geográfico: África, y un mismo color de piel primigenio: oscura.

En este sentido ¿Dónde quedamos los latinoamericanos, y venezolanos en concreto, que somos una mezcla y fusión de colores y de expresiones culturales que configuran el carácter sui generis de nuestra cultura, de la que todos somos partícipes y herederos, de tal forma que nadie puede sustraerse de ella sin atentar contra la esencia misma de nuestra idiosincrasia, incluyendo a los grupos indígenas que presuman de "puros", ya que también son expresión de esa diversidad e integran un mismo concepto cultural.

Además el concepto de afrodescendiente es atrozmente retrógrado. No considera precisamente los logros evolutivos de nuestra especie en cuanto a la conciencia de si misma, tanto en los aspectos biológicos como en los espirituales. Pues, la lucha por la igualdad también ha significado luchar contra tales criterios racistas, xenofóbicos y discriminatorios. La biogenética ha demostrado irrefutablemente la igualdad  esencial de los todos los seres humanos actuales, pero algunos” siguen aferrándose atávicamente a la diferenciación evolutiva. ¿Será para pretender ser amos o para continuar siendo esclavos?

De otra parte, debemos considerar que la igualdad esencial es válida y determinante para todos los seres humanos. Es decir, si los blancos no pueden discriminar a los negros, tampoco éstos pueden erigirse como una especie diferente. Si el ser humano es bondadoso y malvado, justo e injusto, generoso y egoísta, valiente y cobarde, fiel y traidor etc., somos todos los seres humanos en cuanto especie, no pudiéndose discriminar entre blancos malvados y "negritos" e "indiecitos" bondadosos e inocentes.

Lo que si es dable establecer son valoraciones culturales, sociológicas, de especificidad de caracteres secundarios por adaptación evolutiva al medio ambiente y la menor o mayor inmediatez de determinadas expresiones culturales específicas en cuanto al origen cultural identificable, pero jamás puede usarse el pretexto del color de la piel y otros rasgos fisiológicos para tratar de conformar grupos de ciudadanos diferenciados, sin atentar contra los Derechos Humanos de las demás personas y contra la igualdad que cohesiona a la sociedad.

En definitiva, en nuestra sociedad latinoamericana todos tenemos derecho a vivir, sentir, sufrir y disfrutar la riqueza de nuestra cultura, independientemente del color de piel que nos pinte. Porque: Colores vemos, genética no sabemos.

Javier A. Rodríguez G.

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EL HUMANISMO SOCIALISTA